El valor de la salud

Según datos del perfil epidemiológico de las enfermedades infecciosas en Venezuela, la gran inestabilidad macroeconómica que ha ocurido en el país en las últimas decadas ocasionó un aumento de la pobreza y el empeoramiento de los indicadores de la salud de la población.

Los cambios estructurales de gran escala realizados para afrontar la situación y los programas sociales implementados por el gobierno nacional para proteger a los más endebles de los efectos adversos del ajuste tuvieron algunos logros. Sin embargo, en las dos últimas décadas, la grave crisis política, económica y social del país y la incapacidad y corrupción administrativa han determinado la ineficiencia del sector salud, el sometimiento de la gran masa de la población a la agresión de los agentes patógenos, la mala distribución de los recursos y la no solución de las urgencias sociales.

Las enfermedades infecciosas se han perpetuado como parte importante del perfil de enfermedades en Venezuela y en los años recientes, la incidencia de algunas de ellas ha aumentado;

Las principales enfermedades infecciosas en Venezuela son la malaria, la enfermedad de Chagas, el dengue, la leishmaniasis, las enfermedades diarreicas y las parasitosis intestinales entre otras.

Las enfermedades producidas por los virus, las bacterias y los hongos inhabilitan a las personas para vivir y ser productivas.

Las abejas forman parte de la biodiversidad de la que todos dependemos para sobrevivir.

Proporcionan alimentos de alta calidad -miel, jalea real y polen- y otros productos como la cera de abeja, el propóleo y el veneno de abeja. Son las que hacen posible la existencia de los alimentos por ser los mayores polinizadores.

Especialmente, la tintura de propoleos actúa en el cuerpo humano activando el sistema inmunológico, su acción es antioxidante y presenta actividad curativa cuando es usado de forma tópica.

Hemos utilizado tintura de propoleos y se ha logrado, detener el avance de ciertos cánceres, de efermedades producidas por virus, de linfomas, de abcesos, gastritis, etc y se logra mejorar la voluntad de las personas que los consumen, el éxito de su uso radica en que se ha contado con un diagnóstico médico acertado y con los comentarios de los pacientes para saber la proporción que se debe usar del mismo, el propóleo se puede tomar de manera preventiva y logra que las personas gocen de una salud excelente.

Por las razones antes expuestas, recomendamos consultar con el médico y con el farmaceútico para lograr tener una dosis de propóleo adecuada a cada persona. Tomar tintura de propóleos garantizará que los costos de los servicios de salud se reduzcan en una forma importante y la calidad de vida mejore. El mismo se puede encontrar en Native Botica. @nativebotica

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Fortalecer el sistema inmunitario

Propóleos

¿Qué es el sistema inmunitario?
El sistema inmunitario es una compleja red de células, tejidos y órganos. Juntos ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades.

Cuando los gérmenes como bacterias o virus invaden al cuerpo, atacan y se multiplican. Esto se conoce como infección. La infección causa la enfermedad que lo afecta. El sistema inmunitario lo protege de la enfermedad combatiendo los gérmenes.

¿Cómo se protege el sistema inmunitario?

La mejor forma de proteger el sistema inmunitario es ingiriendo tintura de Propóleos, si se quiere, con miel de abejas.

¿Dónde se consigue la tintura de Propóleos?

La Tintura de Propóleos se puede comprar en Native Botica que queda en La Candelaria sobre la estación del metro de Parque Carabobo, sus teléfonos son: 0416 637 7570 y 0212 578 1145. Libérese de las enfermedades contagiosas que tengan que ver con virus, bacterias y hongos.

La fiebre amarilla o hemorrágica: informe de la OMS

Fiebre amarilla

Nota informativa N°100
Marzo de 2014


Datos fundamentales

  • La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término «amarilla» alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
  • La mortalidad de los casos graves no tratados puede llegar al 50%.
  • Se calcula que cada año se producen en el mundo 200 000 casos de fiebre amarilla que causan unas 30 000 muertes con un 90% de ellas en África.
  • El virus es endémico en las zonas tropicales de África y América Latina, con una población de más de 900 millones de habitantes.
  • El número de casos de fiebre amarilla ha aumentado en los dos últimos decenios debido a la disminución de la inmunidad de la población, la deforestación, la urbanización, los movimientos de población y el cambio climático.
  • No hay tratamiento curativo para la fiebre amarilla. El tratamiento es sintomático y consiste en paliar los síntomas y mantener el bienestar del paciente.
  • La vacunación es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura, asequible, muy eficaz, y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. La vacuna ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.

Signos y síntomas

Una vez contraído el virus y pasado el periodo de incubación de 3 a 6 días, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días.

Sin embargo, el 15% de los pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos. El paciente se vuelve ictérico rápidamente y se queja de dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas, con sangre en los vómitos o las heces. La función renal se deteriora. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, y los demás se recuperan sin lesiones orgánicas importantes.

El diagnóstico de la fiebre amarilla es difícil, sobre todo en las fases tempranas. Puede confundirse con el paludismo grave, el dengue hemorrágico, la leptospirosis, la hepatitis viral (especialmente las formas fulminantes de hepatitis B y D), otras fiebres hemorrágicas (la fiebre hemorrágica boliviana, argentina y venezolana y otros flavivirus como el virus del Oeste del Nilo, el virus Zika etc.) y otras enfermedades. Los análisis de sangre permiten detectar anticuerpos específicos frente al virus. También se utilizan otras técnicas para identificar el virus en las muestras de sangre o en el tejido hepático obtenido en la autopsia. Estas pruebas requieren personal de laboratorio con gran capacitación, y materiales y equipos especializados.

Poblaciones en riesgo

Hay 44 países endémicos en África y América Latina con un total de 900 millones de habitantes en riesgo. En África hay 31 países en riesgo, con una población estimada de 508 millones de habitantes. El resto de la población en riesgo se encuentra en 13 países latinoamericanos, entre los que destacan por su mayor riesgo Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.

Según las estimaciones de la OMS de principios de los años noventa, cada año habría en el mundo 200 000 casos de fiebre amarilla, 30 000 de ellos mortales, y el 90% de ellos se producirían en África. En un análisis reciente de fuentes africanas de datos que deberán publicarse este año, las estimaciones fueron similares, pero con una carga ligeramente menor de 84 000 a 170 000 casos graves y 29 000 a 60 000 muertes en África para el año 2013. Sin vacunación, dicha carga sería mucho mayor.

En países libres de fiebre amarilla se produce un pequeño número de casos importados. Aunque nunca se han notificado casos en Asia, la región es una zona de riesgo porque existen las condiciones necesarias para la transmisión. En los últimos siglos (XVII a XIX), se registraron brotes de fiebre amarilla en América del Norte (Nueva York, Filadelfia, Charleston, Nueva Orleans, etc) y Europa (Irlanda, Inglaterra, Francia, Italia, España y Portugal).

Transmisión

El virus de la fiebre amarilla es un arbovirus del género Flavivirus y su vector principal son los mosquitos, que transmiten el virus de un huésped a otro, principalmente entre los monos, pero también del mono al hombre y de una persona a otra.

Hay varias especies diferentes de mosquitos Aedes y Haemogogus que transmiten el virus. Los mosquitos se crían cerca de las casas (domésticos), en el bosque (salvajes) o en ambos hábitats (semidomésticos). Hay tres tipos de ciclos de transmisión:

  • Fiebre amarilla selvática: En las selvas tropicales lluviosas la fiebre amarilla afecta a los monos, que son infectados por los mosquitos salvajes. A su vez, los monos transmiten el virus a otros mosquitos que se alimentan de su sangre, y los mosquitos infectados pueden picar a las personas que entren en la selva, produciendo casos ocasionales de fiebre amarilla. La mayoría de estas infecciones afectan a hombres jóvenes que trabajan en la selva (por ejemplo, leñadores).
  • Fiebre amarilla intermedia: En las zonas húmedas o semihúmedas de África se producen epidemias a pequeña escala. Los mosquitos semidomésticos (que se crían en la selva y cerca de las casas) infectan tanto a los monos como al hombre. El aumento de los contactos entre las personas y los mosquitos infectados conducen a la transmisión. Puede haber casos simultáneamente en muchos pueblos distintos de una zona. Este es el tipo de brote más frecuente en África, y puede convertirse en una epidemia más grave si la infección es llevada hacia una zona poblada donde haya mosquitos domésticos y personas no vacunadas.
  • Fiebre amarilla urbana: Cuando las personas infectadas introducen el virus en zonas con gran densidad de población y un gran número de mosquitos Aedes y de personas no inmunes se producen grandes epidemias. Los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.

Tratamiento

No hay tratamiento específico para la fiebre amarilla. Solo se pueden instaurar medidas de sostén para combatir la fiebre y la deshidratación. Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos. Las medidas de sostén pueden mejorar el desenlace de los casos graves, pero raramente están disponibles en las zonas más pobres.

Prevención

1. Vacunación

La vacunación es la medida más importante para prevenir la fiebre amarilla. Para prevenir las epidemias en zonas de alto riesgo con baja cobertura vacunal es fundamental que los brotes se identifiquen y controlen rápidamente mediante la inmunización. Para prevenir los brotes en las regiones afectadas, la cobertura vacunal debe ser como mínimo de un 60% a 80% de la población en riesgo. En África, son pocos los países endémicos que tienen en la actualidad este nivel de cobertura.

La vacunación preventiva puede realizarse mediante la inmunización sistemática en la infancia o campañas masivas únicas con el fin de aumentar la cobertura vacunal en los países en riesgo, y también mediante la vacunación de quienes viajen a zonas donde la enfermedad es endémica. La OMS recomienda vivamente la vacunación sistemática de los niños en las zonas de riesgo.

La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y asequible, y proporciona una inmunidad efectiva contra la enfermedad al 80-100% de los vacunados al cabo de 10 días, y una inmunidad del 99% al cabo de 30 días. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. Los efectos colaterales graves son extremadamente raros, y se han descrito en viajeros vacunados y en algunas zonas endémicas (por ejemplo, en Australia, Brasil, Estados Unidos de América, Perú y Togo). Los científicos están investigando por qué ocurre esto.

Con respecto al uso de la vacuna en mayores de 60 años, cabe señalar que el riesgo de enfermedad viscerotrópica asociada a la vacuna es mayor en este grupo de edad que en personas más jóvenes, aunque sigue siendo bajo. En los mayores de 60 años no vacunados con anterioridad y en los que esté recomendada la vacunación, esta solo debe realizarse después de una cuidadosa evaluación de los riesgos y los beneficios en la que se compare el riesgo de contraer la enfermedad con el riesgo de acontecimientos adversos graves tras la inmunización.

El riesgo de muerte por fiebre amarilla es muy superior a los riesgos relacionados con la vacunación. Las personas que no deben vacunarse son:

  • los menores de 9 meses (o los niños de 6-9 meses durante las epidemias, situación en la que el riesgo de enfermedad es mayor que el de efectos adversos de la vacuna);
  • las embarazadas, excepto durante los brotes de fiebre amarilla, cuando el riesgo de infección es alto;
  • las personas con alergia grave a las proteínas del huevo, y
  • las personas con trastornos del timo o inmunodeficiencias graves debidas a infección sintomática por VIH/SIDA u otras causas.

Los viajeros, en particular de África o América Latina con destino a Asia, deben tener un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. El Reglamento Sanitario Internacional estipula que los motivos médicos para no administrar la vacuna deben ser certificados por las autoridades competentes.

2. Control de los mosquitos

En algunas situaciones, el control de los mosquitos es fundamental hasta que la vacunación haga efecto. El riesgo de transmisión de la fiebre amarilla en zonas urbanas puede reducirse eliminando los potenciales criaderos de mosquitos y aplicando insecticidas al agua donde se desarrollan en sus estadios más tempranos. Combinada con las campañas de vacunación de emergencia, la fumigación con insecticidas para matar los mosquitos adultos puede reducir o detener la transmisión de la fiebre amarilla, «ganando tiempo» para que las poblaciones vacunadas adquieran la inmunidad.

Históricamente, las campañas de control de los mosquitos han tenido éxito en la eliminación de Aedis aegypti, el vector urbano de la fiebre amarilla en la mayoría de los países continentales de Centroamérica y Sudamérica. Sin embargo, los mosquitos de esta especie han recolonizado las zonas urbanas de la región y vuelven a suponer un riesgo de fiebre amarilla urbana.

Los programas de control de los mosquitos de zonas selváticas no son factibles para prevenir la transmisión de la fiebre amarilla selvática.

Alerta y respuesta ante epidemias

La detección rápida de la fiebre amarilla y la respuesta inmediata con campañas de vacunación de emergencia son esenciales para controlar los brotes. Sin embargo, la subnotificación es preocupante; se calcula que el verdadero número de casos puede ser hasta 250 veces mayor que el número de casos notificados en la actualidad.

La OMS recomienda que todos los países en riesgo dispongan al menos de un laboratorio nacional en el que se puedan realizar análisis de sangre básicos para detectar la fiebre amarilla. Un caso confirmado debe considerarse como brote en una población no vacunada, y debe ser investigado exhaustivamente en cualquier contexto, y en particular en zonas donde la mayoría de la población haya sido vacunada. Los equipos de investigación deben evaluar los brotes y responder a ellos con medidas de emergencia y con planes de inmunización a más largo plazo.

Respuesta de la OMS

La OMS desempeña las funciones de Secretaría del Grupo internacional de coordinación del suministro de vacunas para el control de la fiebre amarilla, que mantiene una reserva de emergencia de dichas vacunas para garantizar una respuesta rápida a los brotes en los países de alto riesgo.

La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla, dirigida por la OMS y apoyada por el UNICEF y los gobiernos nacionales, es una estrategia de vacunación preventiva centrada especialmente en los países africanos más endémicos, donde la enfermedad es especialmente importante. La Iniciativa recomienda que se incluya la fiebre amarilla en los programas de vacunación infantil sistemática (a partir de los 9 meses), que en las zonas de alto riesgo se lleven a cabo campañas de vacunación en masa de todos los grupos de edad superior a 9 meses, y que se mantenga la capacidad de vigilancia y de respuesta a los brotes.

Entre 2007 y 2012 se han completado campañas de vacunación preventiva contra la fiebre amarilla en 12 países: Benin, Burkina Faso, Camerún, Côte d’Ivoire, Ghana, Guinea, Liberia, Malí, República Centroafricana, Senegal, Sierra Leona y Togo. La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla cuenta con el apoyo financiero de la Alianza GAVI, la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea, los ministerios de salud y los asociados nacionales.

La Iniciativa contra la Fiebre Amarilla cuenta con el apoyo económico de la Alianza GAVI, la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO), el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF), los ministerios de salud y los asociados en los países.

Fuente: OMS Transcripción exacta del texto, título editado OMS

 

 

El virus Chikungunya, Sintomas

  • Virus chikungunyaEl Chikungunya es un virus que transmiten ciertos mosquitos. Causa fiebre y dolores severos en las articulaciones. Entre los síntomas también están los dolores musculares, dolores de cabeza, nausea, fatiga y sarpullidos.
  • La enfermedad es transmitida por los mismos mosquitos, involucrados en la transmisión del dengue (Aedes aegypti y Aedes albopictus), también comparte algunos signos clínicos con el dengue y puede no ser diagnosticada en aquellos lugares donde el dengue es frecuente.
  • No hay cura para esta enfermedad. El tratamiento se concentra en aliviar los síntomas.
  • La proximidad de los criaderos de mosquitos a donde viven las personas es un significativo factor de riesgo para la expansión del Chikungunya.
  • La enfermedad está presente en África, Asia y en India. En 2007, la transmisión de la enfermedad se reportó por primera vez en Europa, en un brote localizado al nor-oeste de Italia.
  • En diciembre del 2013, la OPS/OMS recibió la confirmación de los primeros casos de transmisión autóctona del chikungunya en las Américas.

La enfermedad


El chikungunya se caracteriza por un brote súbito de fiebre, acompañado por dolor en las articulaciones. Otros síntomas molestias durante la fase crónica pueden incluir fatiga y depresión además de dolores musculares, dolores de cabeza, nausea, fatiga y sarpullidos. La mayoría de los pacientes se recuperan totalmente, pero en algunos casos, la afectación de las articulaciones puede persistir de manera crónica. Aunque las complicaciones serias no son frecuentes, en el caso de adultos mayores, niños y embarazadas la enfermedad puede agravarse.

El virus se transmite por picadura de mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, ambos presentes en las Américas. La enfermedad puede presentarse entre tres y siete días después de la picadura de un mosquito infestado, y puede durar entre dos y 12 días.

Se debe distinguir la chikungunya del dengue. Si bien en ambas enfermedades los pacientes pueden padecer dolor corporal difuso, el dolor es mucho más intenso y localizado en las articulaciones y tendones en la chikungunya que en el dengue.

No hay medicamentos específicos para tratar esta enfermedad. El tratamiento se dirige principalmente a aliviar los síntomas, incluyendo el dolor en las articulaciones. No existe una vacuna disponible para prevenir la infección por este virus.

Desde el 2004, el virus de Chikungunya ha causado brotes masivos y sostenidos en Asia y África, donde más de 2 millones de personas han sido infectadas, con tasas de hasta 68% en ciertas áreas. La alta tasa de infección puede generar una presión alta muy rápidamente sobre los sistemas de salud.

La proximidad de los criaderos de los vectores a los lugares donde viven las personas es un factor de riesgo significativo para la transmisión de Chikungunya, al igual que para otras enfermedades que estas especies transmiten, como por ejemplo el dengue.

En el 2013, la OPS/OMS recibió confirmación de los primeros casos de transmisión autóctona de chikungunya en las Américas. Antes de esta confirmación, en años anteriores, cientos de personas que habían viajado desde las Américas a Asia y África se infectaron con chikungunya.

En el 2012, la OPS/OMS, en colaboración con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, publicó nuevos lineamientos sobre chikungunya. La guía “Preparación y Respuesta ante la eventual introducción del virus chikungunya en las Américas” busca ayudar a los países de las Américas a mejorar sus esfuerzos para detectar el virus y para preparar programas de monitoreo, prevención y control de la enfermedad, en caso de que apareciera.

Fuente de la información anterior: Organización Panamericana de la Salud.

El Ministerio de Salud de Venezuela informó que en el país ya se han confirmado 12 casos de la fiebre chikungunya, importados de Haití (1) y República Dominicana (11), en personas afectadas que oscilan entre los 4 y 55 años de edad.Datos sobre Chicunguya, nueva gripe que afecta a Venezuela

“Estas 2 confirmaciones (en Caracas) forman parte de los 12 casos importados que existen en el país hasta este 21 de junio, de los cuales 11 provienen de la República Dominicana y uno de Haití”, señaló el ministerio a través de un comunicado. Las autoridades indicaron la existencia de dos nuevos casos en el Distrito Capital, donde ya suman cuatro personas infectadas, y dos más en los estados Zulia (oeste) y Amazonas (sur), respectivamente. Datos adicionales sobre la chicunguya:

Chikungunya (conocido además como «Artritis epidémica Chikungunya» o»Fiebre de Chikungunya», abrev. CHIK) es un virus transmitido por artrópodos, del género alfavirus, que se transmite a las personas mediante la picadura de los mosquitos portadores Aedes;1 tanto el Aedes aegypticomo el Aedes albopictus.2 El virus se transmite de manera similar a la fiebre del dengue y causa una enfermedad con una fase febril aguda que dura de dos a cinco días, seguido de un período de dolores en las articulaciones de las extremidades; este dolor puede persistir durante años en algunos casos.3 4 La mejor forma de prevención es el control general del mosquito, además, evitar las picaduras de mosquitos infectados.5 Hasta la fecha no hay un tratamiento específico, pero existen medicamentos que se pueden usar para reducir los síntomas.5 El reposo y la ingesta de líquidos también pueden ser útiles.6

Otras referencias importantes sobre el tratamiento del virus chikungunya en Europa y América que puede descargar en PDF:

.Protocolo chikungunya del Departameto de salud del Estado asociado de Puerto Rico.

.Protocolo de Vigilancia de Enfermedad por Virus Chikungunya.

Ver datos completos en Wikipedia

 

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Belén Santaella: ¡Yo sí soy una abuela feliz!

Así como yo, la mayoría de las abuelas piensan lo mismo de sus nietos o nietas. Pero como toda regla tiene su excepción, quiero contar lo que escuché hace unas semanas en un almuerzo al que fui invitada.

Estos son mis dos oficios: escribir y ser una abuela entregada, consentidora y feliz. Tengo una nietecita bella, inteligente y con un gran sentido del humor, Anabella; y tres inteligentes, preciosos y futuros «cracks» del fútbol internacional: Juan Andrés, Jesús Enrique y Ricardo.

Así como yo, la mayoría de las abuelas piensan lo mismo de sus nietos o nietas. Pero como toda regla tiene su excepción, quiero contar lo que escuché hace unas semanas en un almuerzo al que fui invitada. Todo estaba perfecto: la comida, digna de los dioses, el postre, me hizo olvidar la dieta, y el vino, exquisito. En el extremo opuesto de la mesa estaba sentada una señora encantadora más o menos de mi edad, es decir, una abuela en potencia. Quizá por eso entablamos rápidamente una conversación muy agradable. Pero la percepción que tenía de la vecina de mesa cambió cuando empecé a hablar sobre uno de mis temas favoritos: el de la felicidad que da el ser abuela.

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